Nasó significa “levantar” o “hacer censo”. Esta porción se lee luego de la festividad de Shavuot y es la porción más larga de la Torá con 176 versículos dentro de ella.
Inicia con la finalización del censo a los levitas entre 30 y 50 años, específicamente los grupos de los guersonitas quienes estarían encargados del servicio del tabernáculo y de su cubierta, el altar y todos los utensilios para el servicio. Luego, del conteo de los meraritas, quienes eran responsables del exterior del tabernáculo (basas, postes, barras y tablas).
Después la Torá relata que se debía expulsar del campamento a quien estuviera impuro por una erupción (Tzaarat), secreción o hubiera estado en contacto con un cadáver; También proporciona instrucciones sobre cómo debe efectuarse la restitución cuando alguien reconoce que cometió un daño contra un israelita, devolviéndola más una quinta parte de su valor a la parte ofendida. Si no existiese persona a quién hacer la restitución, debía entregarse el valor al sacerdote.
Luego, habla sobre el ritual de la Sotah, que ocurría cuando un esposo tenía un ataque de celos y acusaba a su esposa de ser infiel. Él debía presentarse con su esposa delante del sacerdote llevando consigo una ofrenda de celos, que consistía en harina de cebada. El sacerdote tomaba la haría, la mezclaba con un poco de tierra y tomaba del kyor el agua según relatan los sabios, para disolverla en una vasija de barro. Posteriormente llamaba a la mujer, descubría su cabeza, colocaba la ofrenda en sus manos y conjuraba: “si eres inocente, serás inmune a la pócima “hocus pocus” que era un agua amarga, pero si eres culpable, tu vientre se hinchará y se distenderá cayéndose tus muslos”. La mujer aceptaría el reto delante del Eterno afirmando “Amén”. Si era inocente gozaría de bendición de multiplicarse y si no, pues sería de maldición entre su pueblo.
La tora continua con la porción del Nazir, quienes podrían ser un hombre o una mujer israelita que de manera voluntaria hacían un voto de abstinencia delante del Eterno, y se abstenían del consumo de vino o productos de la vid, de cortarse con navaja su cabellera y evitar ser ritualmente impuro, es decir, no debían acercarse a muerto. El voto era temporal y se levantaba al momento que el nazir cumplía el período de su voto presentando una ofrenda de jatá (por el pecado).
Continua con la bendición que cada semana nuestro querido Jazán, Alejandro, recita cada Shabbat, la bendición sacerdotal o Birkat Kohanim. Esta bendición es especial de Dios para su Pueblo. Finaliza nuestra porción, cuando cada tribu a través de sus príncipes, presentan las mismas ofrendas delante del Eterno.
Si analizamos muy bien, venimos de recibir la Torá en Shavuot, un proceso en el cual nos elevamos espiritualmente para recibir el mensaje Divino y un tiempo que recuerda la manifestación Divina, deseando que se haga viva en medio de nosotros. Este es un momento de clímax espiritual, pero luego, nos damos cuenta de que somos seres de este mundo y que, como todos, debemos bajar del Monte Sinaí al desierto de la vida. Es decir, como dijo Rab Shaul, “La letra (jumra) mata, pero el Ruaj Hakodesh otorga vida” (2 Corintios 3:6).
Dios trae la Torá a nuestra cotidianidad diaria. Es como que, si Dios nos diera su Torá, pero yo recibo un cúmulo de letras, las cuales las veo, pero no entiendo. Las cuales puedo leer, pero no aplicarlas a la vida. Siendo así, lo que he recibido es un regalo, pero es un regalo muerto. Para traer un ejemplo, ¿qué sucede si te entrego esta fórmula?: Δ U g = − m g h que se leería como “Delta de U G igual a menos m g h” esta lectura es básica en un primer nivel. Luego, si agrego conocimiento, sabría que se lee así: “El cambio en la energía potencial gravitatoria (ΔUg) es igual al negativo de la masa (m) por la aceleración de la gravedad (g) por la altura (h)“. Sin embargo, ¿qué quiere decir esto? Bueno te diría es el principio de Bernoulli. Ajá, y eso, ¿qué me aporta? -me dirías- y Te respondería: ¿alguna vez has viajado por avión, has encendido un coche o recibes agua potable en tu casa? Si me respondes que sí, entonces esta letra muerta al ser aplicada ha permitido que sucedan estos “aparentes milagros”.
Esto es exactamente lo que hacemos con la Torá, Dios nos ha dado un libro lleno de muchas letras incomprensibles, pero ¿cómo entonces se convierte en unos una fuente de vida y para otros, las mismas letras es sinónimo de muerte?. Dice Mishlei 3:18 “Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, y bienaventurados son los que la retienen”. Hay dos claves en este verso, “echar de ella mano”, es decir, ponerla en práctica; y segundo, retenerla (no es lo mismo que guardarla. Retener es más un activo que utilizo cuando es requerido, como traer a memoria una experiencia. Si la guardo, la olvido. Si la retengo, es porque experimenté una lección que puedo recordar en un futuro para utilizarlo a mi favor. Ahora, si no la practico y no la retengo ¿qué traigo? Sería decir: “es un árbol de muerte a quienes no la practican, y desgraciados son quienes la desprecian”.
Retornando, entonces, lo primero en esta porción es que veo es que comienza completando el censo de conteo de las tribus. Dice Tehilim 147:5 “Él cuenta el número de las estrellas; A todas ellas llama por su nombre”, ¿A quién se refiere este verso? A nosotros. Por ello la Torá toma tantas letras haciendo conteo de almas, pero no sólo es contar un número, sino llamar a cada uno por su nombre (nuestra individualidad). Asimismo, nosotros debemos llegar al entendimiento todos somos importantes delante del Eterno, y que nadie más hará nuestra función en este mundo, más que nosotros mismos.
Después, nos pide sacar de nuestra vida cotidiana a aquellas personas con Tzaraat (5:2) y todo aquel que haya producido muerte, ya sea en forma de contacto con muertos o en forma de secreción, indistintamente si es hombre o mujer. Parece un poco cruel, pero la enseñanza es bien clara. Debemos alejar de la vida a las personas con Lashón Hará. Mishlei 16:28 dice “El hombre perverso provoca contiendas, y el murmurador aleja al Señor.” ¿quieres que Dios esté cerca? Aléjate entonces del murmurador. Hay personas que les encanta vivir entre muertos espirituales, personas que están vivas, pero sus almas están apagadas. Estas almas apagadas atraen cosas negativas a nuestras vidas, por ejemplo, he conocido personas toxicas, personas que sólo cuentan tristezas, quejas, que todo es sufrimiento, no pueden otorgar ni un gramo de vida, agradecimiento o alegría. Lo mejor es rezar por ellos, pero apartarse de ellos es sabio. ¡No nos creamos esta mentira: “puedo hacer que esta persona cambie”! Nosotros no podemos ni podremos hacer esto, el único que puede transformar una persona muerta y resucitarlo en vida, es el Dador de Vida.
Luego, nos pide el Eterno hacer restitución a quiénes hemos perjudicados, no sólo devolviendo el agravio, sino añadiendo una compensación adicional por las molestias causadas. Esto puede ser aplicable hoy en día a temas económicos, de agravio moral, de daños físicos. Sin embargo, nos enseña lo siguiente: “Habla a los israelitas: Cuando hombres o mujeres individualmente cometan cualquier mal hacia otro ser humano, quebrantando así la fe de יהוה, y se den cuenta de su culpa, Confesarán el mal que han cometido. Restituirán el monto principal y añadirán una quinta parte, entregándoselo al perjudicado”. El comentario del Jizkuni comentando sobre Ibn Ezra nos enseña: “este párrafo se refiere al robo cometido contra el patrimonio de un converso…” este acto de tomar lo de alguien de “aparente” menor rango espiritual, es tan impuro como haber estado en contacto con muertos o murmuradores. Y nos enseña el ciclo del camino de la Teshuvá: “Reconocer la falta, confesar la falta, restituir y añadir una compensación por daños”. No basta con cumplir una parte de este ciclo de la Teshuvá, para que sea integral, debo completar circulo completo, incluso si la persona dañada no tiene quién reciba mi restitución, debo entregarla al sacerdote para que no quede como una falta sin justicia.
Continúa de igual manera en un ascenso y con mayor profundidad la porción en su aplicabilidad diaria, ahora nos habla de los ataques de celos de los hombres. Primero, el hombre que sentía celos no podría ser un hombre cualquiera, debía ser un tzadik quién se presentaba delante del sacerdote. Segundo, si era tzadik seguramente no tendría problemas porque tendría a su mujer muy feliz. Hoy en día no he conocido a hombres rectos tener a sus mujeres infelices e incompletas. No hablo de religiosos, porque hay mujeres que detestan a sus maridos religiosos, porque ser tzadik es el equilibrio del hombre. Este hombre provee a su casa amor, nutre relaciones, alimenta a su familia, cuida que no falte nada, y tiene una relación cercana con Dios. Por ello habla de un “espíritu de celo”, que no es un sentimiento o una emoción, sino una inspiración Divina que provoca en el justo un desequilibrio. Por ello se dice en algunos comentarios que nunca fue llevado este procedimiento en Israel. Pero en todo caso, en la vida práctica es la relación familiar, en la familia debe haber Shalom Bait. Este es el fin de esta prueba, porque al final busca generar vida como bendición.
Luego comienza la práctica de la porción a nivel personal en forma del Nazir. Si leemos con detenimiento, esta es una enseñanza que se relaciona a las funciones y obligaciones del sumo sacerdote para que cualquiera pudiese ser un “cohen ha gadol”. Las restricciones eran: No contaminarse con muerto, incluso familiares cercanos; No presentarse bajo los efectos de la vid delante del Eterno; No cortarse el cabello. El cabello del nazir, es similar al tzitz (corona en la cabeza del Cohen Hagadol), conocido como el nezer hakodesh (corona sagrada). En el tzitz están grabadas las palabras “santo para Dios” (Shemot 39:30). De igual manera el Nazir es separado para Dios (bamidbar 6:8). Repito las palabras de Roi Peretz “La santidad y el liderazgo espiritual no se limitan a una élite espiritual con un linaje impresionante. El pueblo de Israel es el pueblo de Dios, conocido como «un reino de sacerdotes y una nación santa» (Shemot 19:6). De esta discusión aprendemos que toda persona judía, incluso alguien extremadamente alejado del mundo de la Torá, puede elevarse a las alturas de la santidad. Todo depende de la voluntad.”
Finalizo con que, si vivimos las palabras de la Torá, en buscar el bien comunitario, nacional, familiar y personal, generando vida, entonces tendremos el recipiente adecuado para recibir la bendición del Eterno, dice: “Así bendericéis a los hijos de Israel, diciéndoles:Yevarejeja Adonay veyishmereja. El Eterno te bendiga y te guarde
Ya’er Adonay panav eleyja vijuneka. Haga el Eterno resplandecer su rostro sobre ti, y te dé gracia. Yisa Adonay panav eleyja veyasem leja shalom. Alce el Eterno su rostro hacia ti y ponga en ti paz.” (Bamidbar 6:23-26).
Esta es una bendición que finaliza con “Vayahsem Leja Shalom” “ponga en ti paz”. Paz es lo que requerimos en la vida, es aquello que hace que las simples palabras tomen un significado personal que produce vida, y que en los momentos de angustia lo retenido de ellas en nuestro corazón salga a relucir; son las palabras que en momento de debilidad nos imparte fuerza; Es la fe que en momentos de desesperanza nos inundan aliento; Es la confianza que, en momentos de sombra y muerte, nos alienta a vivir y que en momentos de tristeza nos consuela. Oro para que las palabras tomen sentido personal, y que impartan shalom a cada uno de nosotros.
Shabbat Shalom
Mauricio Quintero