¿Estoy reemplazando a DIOS con un artefacto?

Nuestra porción abarca muchos temas, dentro de los cuales podemos destacar que luego de siete días (número de la creación), aparece el octavo día (el círculo, lo espiritual), día en el que se va a inaugurar el servicio del mishkan. Esto nos enseña que, para alcanzar el mundo venidero, debemos de crecer a través del servicio a Dios. Es interesante el detalle de que el servicio fue inaugurado en el primer día del mes de Nisán, que es cuando Dios inicia su creación en Bereshit según enseñan nuestros sabios.

Luego, un día glorioso y feliz, en donde la presencia de Dios se manifestaría sucede algo imprevisto luego de iniciar el oficio de los sacerdotes, un incidente que podría catalogarse de tragedia: Los hijos de Aaron, Nadav y Avihú son consumidos por un fuego Divino. Nótese que este fuego era algo espiritual, porque más tarde leemos que Moshé pide que saquen sus cuerpos y ropas del lugar, por lo cual podemos deducir que no murieron quemados. Aaron de igual manera queda atónito, y guarda silencio de lo ocurrido.

Luego Moshé tiene una discrepancia con Aaron respecto a la instrucción de las ofrendas debido a que se siente triste por la pérdida de sus hijos, y de igual manera, se inician las instrucciones de pureza e impureza, iniciando con nuestros alimentos, y siguiendo con la pureza ritual derivada de la mikvah.

Quisiera enfocarme este día en la Haftará, pero no al momento que describe 2 Samuel 6, sino lo que había sucedido 20 años atrás. No quisiera perder el enfoque “Por lo tanto, deben ser santos, porque yo soy santo y les ordeno que lo sean.” (Vayikrá 11:45). La pregunta es, ¿cómo lograr santidad entonces? Siguiendo la idea anterior, hay dos versos que se pueden acomodar para responder a esta pregunta, el primero es “Sólo cuando estéis sobrios os será pertinente distinguir entre cuáles acciones santifican los sacrificios que ofrecéis y cuáles los descalifican, volviéndolos profanos” (Vayikra 10:11) y el segundo es “Y declararán a mi pueblo lo que es sagrado y lo que es profano, y les informarán lo que es puro y lo que es impuro” (Ezequiel 44:23).

Inicio en 1 samuel entre los capítulos 4 al 8. Resumiendo, un poco la historia de esos días, leemos que Elí (mi Dios) estaba ejerciendo como sumo sacerdote, y Elí tenía dos hijos, Pinjás (peh-najash o boca de serpiente) y Ofni (pugilista o luchador), quienes por ser descendientes de Aaron fungían como sacerdotes. Elí, tenía una naturaleza llevadera con todos, él se acomodaba con todos y llevaba como decimos en mi país, “la fiesta en paz” con todo el que conocía, tal es así, que no reprendió jamás a sus hijos, a pesar de que obraban muy mal en el servicio Divino (1 Samuel 2: 12-26), y en cierto momento Dios emite su juicio en contra de su casa a través de un hombre de Dios diciéndole: (1 samuel 2: 27-36) “Habéis honrado a vuestros hijos más que a mí” (v.29) y le dicta una sentencia: “Viene tiempo en que quebrantaré tu poder y el de la casa de tu padre, y no habrá anciano en tu casa… Y esto te servirá de señal: el destino de tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán el mismo día. Y suscitaré para mí un sacerdote fiel, que actuará conforme a mis deseos y mis propósitos. Le edificaré una casa duradera, y caminará delante de Mí ungido para siempre. Y todos los sobrevivientes de tu casa vendrán y se inclinarán ante él por una retribución y un bocado de pan, y dirán: “Por favor, asígname una tarea sacerdotal, para que pueda comer un bocado de pan”.

Esta sentencia fue dictada al momento que Shmuel era pequeño y no habría forma de que supiera este episodio. Este joven Samuel, no podía ser sacerdote al no ser hijo de un descendiente de Aaron, sin embargo, escuchaba la voz del Eterno. Y Shmuel nuevamente recibe confirmación del juicio sobre la casa de Elí (3:13-18) “En aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y yo le declaro que condeno su casa a un castigo eterno por la iniquidad que él conocía, por cómo sus hijos cometieron sacrilegio a voluntad y no los reprendió. De cierto juro por la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí nunca será expiada con sacrificio ni con ofrenda” Sin embargo, a diferencia de Elí, Samuel declara todo a pesar de que tenía miedo de hablar, lo cual era evidente por su edad y su dependencia económica de Elí, y parece que se repite la historia de Aaron, cuando dice el verso 18 “Él es el Señor; hará lo que le parezca bien”. Es decir, actuó pasivamente ante los problemas. Vemos como Aaron fue pasivo y evasivo en el becerro de oro, y en nuestra porción con respecto a sus hijos.

Y así es como inicia el capitulo 4 de 1 Samuel, diciendo: “Y la palabra de Samuel salió a todo Israel”. Samuel al no ser sacerdote no le correspondía hacer una consulta para emitir juicio a través del Urim y Tumin, (Shemot 28:30), esto debía corresponder al sumo sacerdote. Sin embargo, leemos que Israel (bajo un pensamiento del “Yo Puedo, Yo soy fuerte, Yo soy poderoso, a Mí nadie me doblega”) decide ir a luchar contra los filisteos. Dios no había mandado esta guerra, ni tampoco habían consultado a Dios si debían ir o no a esta batalla. Y dice 1 Samuel 4:2 que Israel fue derrotado por los filisteos y que murieron en esa batatlla 4,000 personas. Luego continua el verso 3: “Cuando las tropas [israelitas] regresaron al campamento, los ancianos de Israel preguntaron: “¿Por qué el Señor nos ha derrotado hoy ante los filisteos? Traigamos el Arca de la Alianza del Señor de Silo; así él estará presente entre nosotros y nos librará de las manos de nuestros enemigos.” Con esto denoto, que su confianza no estaba en el Dios de Israel, sino en el artefacto el cual se había vuelto una especie de talismán o ídolo perdiendo el real significado de este símbolo. Nuevamente, no leemos que fueron a consultar a Dios, sino que fue por su propia obstinación que deciden ir a la guerra, pensando que podrían doblegar la voluntad de Dios a su antojo, y pensando de que porque portaban el arca, la suerte correría de su lado. ¡cuánta gente actúa así hoy en día! Símbolos como la mezuzá, un maguen David, un arca, etc. Se han vuelto en talismanes de suerte. Además, les gustaba manejar sin respeto ni decoro el Arca de Dios, éste era un símbolo que debía ser tratado con respecto, no cómo un sable Jedi.

Tal era la ceguera de todos, que se dice que cuando Israel “vio entrar el arca del pacto”, la vieron como una especie de super arma, porque todos gritaron a tal punto que los filisteos se cuestionaron de qué era eso (leer 1 samuel 4). Era tal la idolatría que los filisteos relacionaron que el objeto (el arca) era un dios, diciendo que Dios había llegado al campamento, y la verdad según leemos, Dios jamás llegó. ¿Cuál fue el resultado de esta batalla? Bueno, hubo 30,000 muertos, el Arca fue capturada (robo) y llevada delante de Dagón, y finalmente mueren los hijos de Elí por asesinato. Luego un benjamita lleva la noticia el mismo día a Elí, de quien dice el escrito “sus ojos estaban fijos en una mirada ciega” lo cual es muy profundo, porque no dice que era ciego, dice que tenía una visión obtusa, y luego comenta la historia que muere, interesantemente por su nuca (obstinación) al caer cumpliéndose así, las palabras anunciadas por el hombre de Dios y de Samuel.

¿Qué pasó con el Arca? Bueno, los filisteos la colocan en el lugar más profano que existía, en el templo de Dagón, que era un hombre en su parte superior y pez en la parte inferior. Este era un dios de fertilidad, de las venganzas, y era considerado como “padre de los dioses, creador del cielo y la tierra, y un juez”. A este dios se le adoraba presentando ofrendas de animales, granos. La imagen era clara, para los filisteos el arca era dios (Hashem) y lo colocaron a los pies de su dios dagón por razones obvias, ellos querían dar una imagen de que dagón era más dios que Hashem y que estaba a sus pies en símbolo de rendición. Sin embargo, acá me percato que Dios no necesita de nadie para defenderse, ni para demostrar que es Dios.

Sin la presencia, digamos, de un creyente, durante la noche, los asoditas vieron que su dios amanece en el suelo delante al arca del Eterno. Luego, los feligreses levantan a dagón y lo colocan nuevamente en su lugar como teniendo a Hashem bajo sus pies. Al día siguiente, aparece nuevamente dagón en el suelo, ahora con las manos y cabeza cortada pero con su boca intacta. Inmediatamente se despliega una plaga de hemorroides. Es así de que trasladan a Gaza (Gat) el arca, allí mismo son heridos con plagas sus habitantes, y luego la mueven a Ecrón invadiéndoles pánico de muerte a sus moradores. Así estuvo en filistea por 7 meses, hasta que deciden devolverla a Israel pagando un rescate (indemnización) por el robo, enviando el arca con 5 ratones de oro y 5 hemorroides de oro, claro, en su ignorancia presentaron algo de buena fe que era impuro. Luego, se humillan delante de Dios porque reconocen que Él actúo con Egipto previamente mal por su dureza, por lo que deciden devolverla a Israel, siendo transportada por dos vacas lecheras. Dijeron, si suben las vacas por el camino correcto hacia Israel, fue Dios quien envío estas plagas, si no, fue una casualidad. Y dice la biblia que las vacas llegaron al lugar correcto llamado Bet-semes para comprobar que había sido el Eterno quien había provocado todos los males a los filisteos. Es así como inicia nuestra Haftará. Luego de 20 años de estar el arca en Quiriat-jearim, David quiere devolver este símbolo a Jerusalén, en donde estaba en su corazón hacer una residencia permanente a Dios, el cual sería el templo que su hijo Salomón construiría.

Nuevamente, las emociones (no la sobriedad) controlan a David, e incluso impulsado por las buenas intenciones, Uza toca el arca y muere. Luego, un acto que debería ser alegre nuevamente se convierte en una tragedia, pero hace que David se informe sobre cómo el arca debe ser transportada adecuadamente, porque al final del día, lo santo, lo profano, lo puro, y lo impuro, no tienen que ver con intenciones, ni tampoco con deseos o emociones, sino que tiene que ver con respecto al respeto hacia la figura de Dios, en cuanto si somos presentables, adecuados o dignos de estar delante de Él y si somos obedientes a sus palabras o no. Dice Oseas 4:6 “Mi pueblo está destruido por falta de devoción (conocimiento)”. Y es acá en donde perfectamente caza lo escrito en nuestra porción, nuestra falta de conocimiento y devoción, nos pueden llevar a cometer sacrilegio delante del Eterno, y convertir días alegres, en días tristes.

Avihú y Nadav, Ofni y pinjas parecen un espejo en el tiempo, Eli y Aaron de igual manera, historias parecidas que concuerdan en no hacer lo que Dios nos pide hacer. Unos ofrecieron un fuego no requerido por el Eterno, y los otros comieron lo que no debían comer además de practicar soborno. Elí y Aaron dos granes líderes, pero que bailaban para complacer a todos y quedar bien con todos, perdieron seres queridos. La pregunta hoy en día es, ¿hacemos lo que Dios nos ha pedido que hagamos? ¿estamos presentables delante de Él? ¿Tememos su presencia? ¿hemos convertido símbolos en amuletos sustituyendo al verdadero Dios?

Mi deseo este Shabbat es que aprendamos a vivir y diferenciar lo santo de lo profano, lo puro de lo impuro para tener una vida sin sorpresas.

Sabbat Shalom

Mauricio Quintero